A pocos días para
el comienzo de un nuevo curso, me decido a revisar otra
película/documental y ponerme de nuevo en contexto… el cual hace
que me llene de preguntas y que en muchas de ellas no tenga una sola
respuesta, o por lo menos una respuesta cerrada. Y es que, ¿qué es
educación? ¿Quién realiza una gran educación? ¿Cómo resolver
todas las propuestas y necesidades del niño (y de la clase como
conjunto)? ¿Cómo ayudarle a ser mejor persona, ser empático, ser
resiliente, ser curioso… y un largo etcétera? Y a la vez, pregunta
intrínseca para los docentes, ¿qué estoy sintiendo yo cuando estoy
educando?
Pues bien, tras el
visionado de la película algunas de estas preguntas se van
resolviendo, otras permanecen abiertas, se crean unas nuevas y
comienza a converger todo un entramado de ideas en nuestra cabeza que
no hace más que enriquecer el proceso.
Existen infinidad de
pedagogías, diferentes tipos de escuelas y también diferentes tipos
de educación, como la educacion activa, popular, holística,
libertaria, cooperativa, libre, ecológica, democrática, étnica,
educación sin escuela, educación en casa… Todo ello no hace más
que enaltecer la educación, pero eso sí, no todo vale. Y es que no
nos podemos dejar llevar, educación es una palabra MUY IMPORTANTE
para dejarse llevar por el pasado. No es igual la sociedad del siglo
XVIII que la del XX, tampoco es igual la escuela de Castellón que la
de Holanda, no es igual la familia de Murcia que la de Albacete, y no
es igual un niño que otro… Entonces… ¿cuál es la clave?
La clave no está en
los materiales, en los recursos, las metodologías, el currículum…
La clave está en la forma, la relación, en las personas y su forma
de entender la educacion, su manera de entender la vida, la niñez y
el APRENDIZAJE. La educación es cuestión de personas, no de
pedagogías. Miremos a los ojos a los niños y escuchémoslos, pero
no como escuchamos un discurso político, sino con la mirada, de
corazón a corazón… Podremos invertir en materiales, pedagogías,
recursos… pero mientras no cambiemos nuestra actitud
(cuestionándonos), nuestra visión y nuestro paradigma, no estaremos
enfrentados al cambio interno y por lo tanto a la mejora de nuestra
escuela, nuestra educación.
No existe una sola forma, no existe el MEJOR modelo. No hay que inventar pedagogías,
sino adaptar la pedagogía al momento cultural, docente y de los
niños. La educación perfecta no existe, sino que donde hay amor
hay respeto, y donde hay respeto hay la posibilidad de crear, porque
hay diálogo. Qué bonita palabra, CREAR, llena de sinónimos, y
todos ellos constructivos y positivos: ingeniar, originar, imaginar,
trazar, discurrir, idear, inventar, descubrir, concebir, generar,
producir, originar, ocasionar, suscitar, difundir, gestar.
Y en cuanto a cómo
trabajarlo, específicamente, cómo llevarlo a la práctica y en qué
matizar, se dan unas pinceladas generales en el documental; apostando por una educación integrada, en la cual todo tiene
relación con todo (porque es así: en una actividad de música, por
ejemplo, confluyen muchas áreas, como pueda ser física, lengua
castellana, educación física, plástica, etc). Destacar igualmente
la importancia de las asambleas, propuestas educativas y proyectos
currículares (imprescindible para escuchar a los niños DE VERDAD,
ya que tienen mucho que decir) en los que formen parte todos los
miembros de la comunidad educativa, y suscitar así un intercambio
fundamental e indispensable, un intercambio vivo entre padres,
entorno y comunidad.
Pero… como bien
apuntan en el documental, solo hay una sola cosa realmente
importante, y es el amor que nosotros podamos darle a los niños. Si
queremos una sociedad diferente, lo único que tenemos que hacer es
amar a los niños, para que ellos aprendan a amar a otros. El
conocimiento y los resultados van a venir solos, pero un niño que no
fue amado difícilmente va a aprender a amar.
Y algo que me ha mentalizado, algo significativo, ha sido el significado que tiene la palabra DISCIPLINA.
La disciplina, definida en su forma más simple como la coordinación
de actitudes, con las cuales se instruye para desarrollar habilidad
más rápido, o para seguir un determinado código de conducta u
“orden”, se divide, por uno de los interventores en el vídeo, en
tres tipos: la autoritaria (conocida hasta la llegada del siglo XXI, e
incluso en muchos centros se sigue practicando), la funcional (que se
acatan reglas en grupo) y la auto disciplina (respeto de una manera
viva y fácil: “comprender que hay que guardar silencio sencillamente porque sino es imposible trabajar”). Moraleja: la disciplina NO es autoridad, la
disciplina es el aprendizaje de la conducta.
Y para finalizar,
dejo unas frases que me han llamado la atención y que nos dan alas,
nos impulsan al cambio:
·”Estudiar no es
un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas” Paulo
Freire.
·”Lo que tenemos
que aprender, lo aprendemos haciendo” Aristóteles.
·Edison “fracasó”
mil veces antes de construir la bombilla, pero él lo cuenta de otra
manera: “No fracasé, sólo descubrí 999 maneras de cómo no
hacer una bombilla”.
Seguimos creciendo,
junto a la vida misma, con la naturaleza en su lado más puro.
Porque… ¡ser maestro es un privilegio!
Pd: os dejo con el
documental “la educación prohibida”